, , , , , , ,

Domar al cerebro. El camino de la felicidad

7:02:00 p.m.

camino a la felicidad
El cerebro, esa fascinante máquina que nos permite expresar nuestra individualidad a través de su complejo y maravilloso funcionamiento. Muchas veces, lejos está de ser un aliado, portándose como un enemigo al que hay que tratar con mano izquierda y se interpone en el camino de la felicidad. Está dotado de un poder único capaz de gobernarnos. No existe tarea existencial más ardua que lidiar con él y, mayor aún, conseguir identificar cuándo estamos cayendo en sus trampas, para salir de sus redes.

Es tan perfecto en su capacidad de hacer de tu vida un infierno que trae consigo un manual para conseguirlo. ¡Si! y es que el cerebro viene configurado para ver lo negativo de todo. Por ejemplo, si te colocan delante una foto de personas sonrientes y enojadas, antes verá las enojadas. ¡Es un As para eso!
Si intentas lidiar con tus pensamientos negativos, de forma insistente y directa, sólo consigues que tus pensamientos sean aún más fuertes. Se convierten entonces, en una amenaza aún mayor. Por ejemplo, cuando entramos en una dieta para bajar de peso, intentamos eludir las imágenes de comida chatarra, y lo que conseguimos, es crear un menú completo que quizá provoque un atracón de media noche, botando a la basura los objetivos que nos habíamos propuesto. En psicología esto se conoce como pensamiento irónico. Es el mismo mecanismo que nos hace reírnos, mientras sabemos que no debemos hacerlo.

Otra de las formas en las que el cerebro nos domina, es a través del sufrimiento. Somos masoquistas potenciales. Sabemos que el drogadicto no disfruta de su adicción, de la misma forma el que sufre no disfruta su sufrimiento. Sin embargo, las conexiones y hormonas que se segregan cuándo estamos atravesando una situación difícil, son las mismas que se producen cuándo estamos viendo una película de miedo, practicando algún deporte extremo, o jugándonos todo el dinero en el casino. Se va creando un circuito dolor/placer y, de ésta forma, también nos gobierna con éxito. Concentrando nuestra atención en cosas que no son fuente de sosiego, sino todo lo contrario. El cerebro nos convierte fácilmente en adictos al dolor.
Ahora bien, ya identificamos las formas en las que el enemigo nos domina. ¿Conseguiremos el éxito esperadom camino de la felicidad? No. Pero, si mientras lees este artículo, consigues asentir diciendo “Pues, sí. Es cierto…”, ese Insight, siempre será un buen comienzo.
Emprender el camino hacia la felicidad, es retomar nuestro norte, en definitiva. Y, sin ánimo de entrar en consideraciones de otros órdenes, todos queremos ser felices.

¿Cómo aprendo a lidiar con mi cerebro y frustrar sus intentos de hacer mi vida miserable y desdichada? La primera condición, para ganarle la batalla al cerebro, es la constancia. Él es insistente, tú también debes serlo. Una simple sonrisa esbozada a voluntad, puede cambiar completamente nuestro estado de ánimo y desenfocar al cerebro de su labor, para alejarnos de la felicidad.
William James, psicólogo norteamericano, aseguraba que “El pájaro no canta porque está alegre, está alegre porque canta”. La moraleja de esto, se podría resumir en la popular frase, “a mal tiempo, buena cara”.

El cerebro, no es capaz de distinguir si tu risa es natural, o fingida. Se limita a interpretar movimientos de tus músculos y responde, segregando endorfinas. Estas hormonas tienen la misión de hacernos sentir alegres y, en consecuencia, una risa inducida por nosotros, sin motivo, engañará a tu cerebro eliminando el estrés de ése momento y abriéndole el camino a emociones positivas.
En el cuerpo humano, no hay lugar más colmado de receptores que el rostro. Dominar nuestros gestos, se convertirá en nuestra arma, ya que los rictus de la cara, envían un mensaje inmediato al cerebro y nos valdremos de esa conexión, para domarlo.
Otra acción importante es el diálogo interno, ¿qué hablas de ti, contigo? Sé edificante y no destructora, respecto de tu autoimagen. Establece diálogos como ejercicios para desenterrar tus autoagresiones, el modo en que te atacas, y termínalos con respuestas respecto de ti que te definan de forma positiva.

En el camino a la felicidad, debemos aprender a pisar el freno en los momentos en que, tus ideas se vuelven nefastas y construye, a voluntad, diálogos positivos en torno a ese tema que te molesta. Hasta tanto no logres terminar esa conversación interior, con una versión que te permita ver algo de luz, no la des por terminada. Insiste. Sé cómo el cerebro.
Aprende a combatir el estrés liberando serotonina. El simple hecho de respirar de forma consciente, te libera de tensiones y te induce al sosiego. Respira, presta atención al modo en que lo haces, varias veces al día. Establece un horario, trata de que sean al menos, 4 veces. No requieres hacerlo, por mucho tiempo. Tu cuerpo irá creando la asociación e irás consiguiendo la calma, con mayor rapidez y de forma acumulativa.

camino a la felicidad


Desenfoca al cerebro de lo negativo, agradeciendo. Todos los días, antes de comenzar tu jornada, establece el hábito de agradecer; pero ésta vez, no vale fingir. Debes identificar las cosas y personas que tienes en tu vida que le aportan valor, y te recuerdan que es mucho lo que has conseguido. Siéntelo, emociónate y llora, si es necesario o ríe a carcajadas. Imprímele emoción.
Ver el vaso medio lleno, valorar lo que tenemos, y sentir que no necesitamos más nada excepto aprender a disfrutar, es un logro mayúsculo en la ruta hacia la felicidad y la plenitud.
Visualiza el logro. Establece retos semanales que terminarán siendo pequeñas conquistas. Aprende a imaginarte resolviendo tus problemas, superando algún obstáculo, consiguiendo algún objetivo concreto. Dota tu imagen con detalles, trata de ser realista, la mente es fácil de ser engañada por la imaginación. Cuánto más creíble, mejor. Tal como concebimos un éxito, podemos generarlo en la realidad. Grandes deportistas aseguran deberle su alto desempeño, a su capacidad para verse campeones, antes de serlo.

Vale decir, que el cerebro intentará sabotearte con insistencia, a fin de convencerte de que el resultado no puede ser distinto, al que has obtenido hasta ahora, camino de la felicidad, y has de ser férreo en tu voluntad de creer con vehemencia e insistencia en tu éxito. A esto también, imprímele emoción.
Duerme. Descansa de 7 a 8 horas diaria. Es importante para tu cerebro, tu desempeño e incluso, tu metabolismo. Aprovecha ese momento en que te dispones a dormir, para crear una imagen edificante de ti y recuerda lo que hiciste ese día y estuvo bien, lo que lograste, o cualquier detalle que hable bien de ti y tu forma de encarar la vida. Estos últimos pensamientos son muy importantes para construir tu identidad y tu autoimagen. Habitúate a ser positivo, justo antes de conciliar el sueño.

Anímate a practicar éstos tips. Aprende a vencer al enemigo. Colócalo a tu merced y ábrele las puertas a la calma, a la tranquilidad y al sosiego, la felicidad es una conquista de mayor calibre. 
Requiere, como ya dijimos de constancia, tiempo y mucha atención. Tendremos cada vez más tiempo alejada a la infelicidad y estaremos más cerca de la plenitud.
Atrévete a desafiar tu cerebro. Comienza por sonreír y hacer “como si fueras feliz”. Engaña al enemigo.

También te gustará

0 comentarios

SUBSCRÍBETE A LA NEWSLETTER

¡Descarga GRATIS nuestro libro "Nunca Dejes de Luchar" y recibe novedades en tu correo.