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Cómo pueden familia y amigos fortalecer tus hábitos saludables

5:33:00 p.m.

Hábitos saludables

Es bueno tener a alguien cerca, para disipar nuestros momentos de “debilidad” y ponernos de vuelta en el camino de los hábitos saludables. Situaciones que van desde la tentación por ese rico kilo de caramelos, en medio de una dieta; o abusar del tiempo de alguien con nuestras preguntas, en el trabajo suelen ser actitudes que percibimos como erróneas, cuando ya es demasiado tarde. Generalmente, culpamos al instinto, a la automatización de la mente. “Fue sin querer”, “No me di cuenta”, “Lo hice sin pensar”, suelen ser nuestros abogados.


La verdad es que nada de eso es cierto y simplemente, elegimos no pensar y actuar. Claramente estos ejemplos pueden ser llevados a cualquier área y utilizados para evaluar una infinidad de situaciones similares que terminan del mismo modo. Arrepentimiento, culpa, miedo, etc.

Haciendo un poco de “surfing” en la red, me topé con este breve artículo de la revistaInc., donde dan un consejo tan simple y divertido, que quise compartirlo con ustedes. Gretchen Rubin, su autora dice que hay muchas técnicas y sistemas que podemos usar, para recuperar los hábitos saludables. Pero que hay uno, por sobre el resto, que destaca por su simplicidad. Hablamos de la responsabilidad que sentimos, cuando debemos responder ante otros, por lo que hacemos.

No. No se trata de pedir permiso, sino de ayudar a nuestra mente a reconocer lo que está haciendo, utilizando a un familiar o nuestros amigos, para esto.

Hábitos saludables


¿Qué hace esta idea tan especial, para volver a nuestros hábitos saludables?

Simple. ¿Cuántas veces, no hemos mejorado nuestro desempeño, en el trabajo, porque sabíamos que alguien más supervisaría lo que hicimos? ¿Cuántas otras tantas, no reparamos algo en la casa, de modo que papá (o mamá) pudieran hacer su revisión al estilo militar, y no tuviéramos que oír sus “comentarios constructivos”? Está claro que, la supervisión, nos hace potencialmente mejores, al menos en nuestras labores.

En el mundo de las empresas, tener una supervisión contable, un auditor, hace que muchos chequeen dos veces los número, antes de hacer un gasto. Si te pones rebelde, tarde o temprano tendrás algún tipo de problema, y respuestas que dar a mucha gente.

La responsabilidad que sentimos ante otros, familiares o amigos, y como actuamos ante la situación de tener que rendir cuentas, hace que podamos descubrir, en la vida cotidiana técnicas útiles, para alejarnos de situaciones que no sean saludables para nosotros.


Algunas historias

El Dr. Michael Bennick estaba preocupado, porque sus doctores tenían por hábito, pasar a las 3 o 4 de la madrugada a tomar muestras de sangre a los pacientes. Después de mucho estudiar la situación, llamó a los involucrados y les dijo, “Sé que el hecho de despertar a los pacientes a las 3 de la mañana, para hacerles estudios, responde a una necesidad clínica. Les voy a pedir, entonces que cada vez que lo hagan me llamen a mi casa, para poder venir y estudiar cada caso”. Lo maravilloso de esto es que nadie lo llamó. Nunca. Por algún motivo místico. Se disiparon. Bueno, no tan místico. La verdad es que los médicos, ordenaban esos exámenes, para tener los resultados a ciertas horas que les eran más convenientes. Pero, al verse en la necesidad de molestar a un colega tan temprano, entendieron que también estaban molestando al paciente, y optaron por volver a la senda de los hábitos saludables.

Otro caso, fue el de una escritora famosa contemporánea. Recibía constantemente correos electrónicos, a su dirección del trabajo. Como lo quería liberar de mensajes personales, creó una respuesta automática que decía, “Por favor, usa esta dirección, sólo para asuntos urgentes y de trabajo”. A pesar de haber usado la palabra “urgente”, nadie le prestó atención y su bandeja de entrada, seguía recibiendo fotos de gatos disfrazados de payasos, videos de gente haciendo cosas muy divertidas y ella, pasaba horas desenterrando en esa montaña de correos personales, aquellos que realmente se referían a su trabajo. Así, decidió cambiar el mensaje. Esta vez, colocó una respuesta automática que decía, “Si tienes que enviarme un correo, por favor, hazlo a la cuenta de mi esposo, para que me cuente sobre lo que tienes que decirme”, y les pasó su dirección. Otra vez, el milagro. Nadie volvió a enviar mensajes a esa dirección y ella, vivió feliz para siempre.

Está bien, son historias muy bonitas. Pero te preguntarás, ¿cómo usar este enfoque, para aplicarlo en tu vida cotidiana?

La idea de esto es muy simple. Sólo debes encontrar a alguien que funcione como amortiguador. Algunas formas de hacerlo, pueden ser:

  • Proponte comer helado, o el kilo de dulces, sólo cuando tu marido lo haga.
  • Usa tu Smartphone, celular o Tablet, únicamente cuando tus hijos lo hagan. Si eres una madre responsable, mejor. No querrás que tus hijos pasen mucho tiempo perdidos en su dispositivo, así que también estarás reduciendo tu propio tiempo online.
  • Antes de hacer algunas de esas compras “poco necesarias”, llama a tu hermano para contárselo.
Todos estos son modos que, al momento de actuar, te harán pensar dos veces si hacerlo o no. ¿Te ha ocurrido, alguna vez? ¿Puedes ayudarnos a descubrir nuevas maneras de hacer esto? ¡Cuéntanos tu historia, con un comentario!

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